Esta vivienda familiar pertenecía a dos venerables hermanas que la adquirieron hace muchos años. Veraneaban en ella todos los años y, pasado el tiempo, dejaron de hacerlo por su avanzada edad. A pesar de que sentían mucha pena por deshacerse de la vivienda, una sobrina amante del mar les ofreció comprarles la vivienda. Accedieron felizmente ya que seguiría perteneciendo a la familia.

Esta nueva propietaria nos encargó crear un hogar acogedor, de inspiración marítima, depositando en nosotros toda su confianza, dada su ausencia en esta localidad. La reforma se llevó a cabo bajo la supervisión semanal de todos los avances del proyecto. El resultado final fue una gran sorpresa cuando la propietaria acudió con sus familiares y pudieron constatar el notable cambio y ver el cariño con que se fue tratada su antigua vivienda.